
ISUPOL, Revista de Investigación en Seguridad Ciudadana y Orden Público
Nº 8 julio 2024 • pp 61-68 • ISSN 2528-8032
Andrés Joaquín Guarnizo Chávez, Carla Johanna Celi Ponce,
Pamela Mishell Delgado Granda
Caracterización médico-legal y forense de las muertes de personas privadas
de la libertad en los centros penitenciarios de Ecuador, 2020-2023
62
in Ecuador’s prisons between 2020-2023. is is
an observational, descriptive, cross-sectional-re-
trospective research, with information obtai-
ned from the database of violent deaths prepared
by the Ministry of Government. It is concluded
that 2021 was the bloodiest year, with the highest
number of deaths of PPL. Most of the deaths oc-
curred in the Guayas 1 Deprivation of Liberty
Center, they were Ecuadorians and young adults
between 25-29 years of age. e Metropolitan
District of Guayaquil is the subzone with the hi-
ghest number of homicides, with firearm wounds
being the main cause of death, which also corres-
ponds to the legal category of murder.
Keywords: prisons; criminal law; penitentiary
law; homicide; forensic medicine; violent deaths.
Introducción
La medicina legal, ciencia auxiliar del derecho, de-
be tener en consideración a las muertes de etiolo-
gía homicida como parte de las muertes violentas,
es decir, aquellas que tienen un origen externo a
la persona y que, por lo general, obedecen a meca-
nismos traumáticos y fuerzas extrañas que irrum-
pen de manera violenta en el organismo vivo. En
estos casos, sobreviene la responsabilidad penal
de la persona o las personas que lo hayan causa-
do (Calabuig 2006). El homicidio, al igual que el
asesinato, son delitos contra la vida. Se encuen-
tran tipificados en el Código Orgánico Integral
Penal y consiste en el acto por medio del cual una
persona le quita la vida a otra. Este acto ocurre
de dos maneras posibles: el voluntario, cometido
con dolo, es decir, con pleno conocimiento e in-
tención; el involuntario o culposo que es la con-
secuencia de una imprudencia (Sigüenza 2022).
En Ecuador los datos que recopilan y publican
las instituciones encargadas de la seguridad reve-
lan que en 2021 la incidencia de los homicidios fue
de 13,13 por cada 100 mil habitantes, aproxima-
damente. Si bien, la incidencia de 13,13 se ubica
por debajo del 17,0 de la región, se encuentra por
encima del promedio mundial del 5,8 (Primicias
2021). Las muertes violentas, en especial, las de
etiología homicida, son multifactoriales, es decir,
causadas por varias circunstancias y variantes
simultaneas que incluye a factores biológicos,
psicosociales y económicos. No resulta asombro-
so que dichos determinantes se agudicen en un
contexto carcelario (Sopromadze y Tsiskaridze
2018) en el cual prima el hacinamiento, la falta de
recursos, las riñas entre bandas, entre otros.
El homicidio es considerado nivel mundial
una de las expresiones comunes de la violencia
que se desarrolla cuando confluyen factores como
el bajo nivel económico, la desigualdad, densidad
poblacional (siendo más frecuente en áreas urba-
nas que en áreas rurales), choques y diferencias
culturales, problemas de consumo de sustancias
sujetas a fiscalización, fallas en el sistema de ad-
ministración de justicia o actividades del crimen
organizado (Organización Mundial de la Salud
2023). La violencia es una característica inherente
de las cárceles. La pena, el sufrimiento, la tortura
y el arrepentimiento forman parte de la historia
silenciosa de este mundo escondido tras las rejas
que la opinión pública desconoce y que solo los
relatos de los defensores de derechos humanos,
periodistas, académicos, funcionarios y reclusos,
han revelado en ocasiones.
Las prisiones son consideradas, desde la teo-
ría foucaulteana, como un sistema de vigilancia y
castigo diseñadas con la finalidad de controlar y
castigar a las personas que se encuentran por fuera
del orden estatal, es decir, de los delincuentes. Sin
embargo, la violencia que ejerce el Estado no es
la única que recae sobre estas personas. Coexisten
una variedad de violencias simultáneas institu-
cionalizadas y no institucionalizadas, tales como,
la violencia interpersonal, sexual, patrimonial y
criminal que tiene su expresión más extrema con
la extorsión y el asesinato en los centros peniten-
ciarios (Santillán et al. 2022).
Desde 2019, cuando el gobierno de Ecuador
decretó la primera crisis penitenciaria (Carvajal
y Maldonado 2023), la violencia carcelaria fue
en aumento. En 2022 se reportó más de 400
asesinatos de PPL como resultado de los enfren-
tamientos violentos entre bandas criminales que
operan al interior. La amputación de cabezas,
extremidades, con extracción de órganos en per-
sonas vivas y el incineramiento de cuerpos com-
pletos o parte de ellos, revelan el lado más cruel
y extremo de la violencia y el ensañamiento con
el cual se cometieron muchas masacres. De todas