79
Entre las conductas violentas y el entorno
familiar violento hay una estrecha relación ya que
el 91 % de servidores afirmó que tuvieron algún
episodio de violencia contra alguna persona con el
91 %, mientras que, el 89 % lo tuvo con su pareja y
se manifestó en violencia física, psicológica, verbal
o amenazas. Este resultado merece especial
atención ya que hay relación entre las conductas de
violencia y sus distintas formas de expresión.
Finalmente, dentro de las conductas de
violencia culturales, en el caso del consumo de
alcohol, se concluye que este factor es de mínima
incidencia para cometer un posible femicidio, solo
es del 2 %. Es decir, las acciones y reacciones que
motiva el consumo de alcohol no conducen en
violencia hacia la mujer.
De la aplicación psicométrica de la prueba
de personalidad se determinó que los rasgos de
personalidad prevalentes son la dependiente,
paranoide y obsesivo-compulsivo. Esto indica que
el servidor tiene predisposición a la dependencia
afectiva, tiende a controlar sus entornos y ser el
centro permanente de atención. En algunos casos,
esto conduce a la obsesión y problemas para asumir
rupturas sentimentales que pueden expresarse en
episodios de violencia y desequilibrios en la
conducta.
La violencia física, que puede llegar al
femicidio, es un fenómeno de origen multifactorial,
inherente a la normalización socio-cultural de la
violencia en Ecuador. Se puede afirmar que, los
servidores que presentan mayor prevalencia ante el
posible cometimiento de un femicidio son aquellos
que tienen presencia de rasgos de la personalidad
asociados al tipo dependiente y paranoide, como a
la presencia de conducta violentas desarrolladas
durante su niñez en un entorno de control y
normalización. De manera que, aun siendo policía,
no se puede tener control de las acciones violentas.
Conclusiones
En esta investigación se pudo determinar
que los rasgos de la personalidad y las conductas de
violencia asociadas al posible cometimiento de
femicidio en los servidores policiales del DMQ
están relacionadas a experiencias personales de
violencia atravesadas durante la infancia, disciplina
severa en su entorno directo, desarrollo familiar en
ambientes de violencia y a las normas culturales
aprendidas y normatizadas. Estos rasgos pueden
conllevar a conductas violentas y agresivas en
contra de las demás personas y, en especial, contra
las mujeres.
En relación a los servidores operativos del
Isspol y administrativos del Distrito Quitumbe
existen factores que predisponen al cometimiento
de un femicidio, tales como, personalidades
dependientes y paranoides que se suman a las
condiciones de vida, educación, económica y
ambiente laboral. No obstante, pese a que a los
servidores presentan estos rasgos, su formación
profesional le permite desarrollar herramientas de
manejo y control de las emociones que minimizan
este riesgo.
Otros factores correlacionales que
predisponen el femicidio consisten en la falta de
diligencia y exactitud del sistema penal y de justicia
que, desde antes de la vigencia del COIP, tipificaba
a este delito como un “crimen pasional” resultado
de problemas afectivos entre dos personas. De
modo que, se normaliza e invisibiliza el concepto de
femicidio por el de “crimen pasional”, lo cual
descuida la naturaleza de la violencia contra la
mujer y alcance real de la violencia tanto en el
contexto social como educativo lo que evidencia en
una estadística variable.
Recomendaciones
El análisis de los rasgos de la personalidad
y las conductas violentas asociadas al cometimiento
de femicidio ha evidenciado que las características
psicológicas del servidor policial necesitan de un
tratamiento específico y acciones preventivas
diferenciadas en respuesta a la naturaleza intrínseca
de su perfil y formación.
Es necesaria la implementación de
seguimiento psicológico permanente a los
servidores que evidencien prevalencia de rasgos de
personalidad dependientes y condiciones socio-
culturales predisponentes con conductas violentas
pasadas o actuales. Estos rasgos son factores que
pueden desencadenar violencia hacia la muerte y
femicidios. Simultáneamente, se deben efectuar
campañas permanentes de prevención integral en
salud mental dirigida a los servidores con el
objetivo de erradicar la normalización de la
violencia.