73
proporcionar una relación de probabilidad o razón
de verosimilitud (likelihood ratio) en las
comparaciones realizadas para brindar en las
conclusiones una estimación confiable de la
incertidumbre con respecto a la fuente de la marca
de la herramienta. Este es el caso de los
microscopios de comparación virtual (VCM, por
sus siglas en inglés). Para lo cual, el examinador
debe comprender que se necesitan conocer dos
cuestionamientos: primero, la probabilidad de que
la evidencia recogida en la escena del delito
coincida con una muestra obtenida del arma de
fuego sospechosa y la probabilidad de que esta
coincidencia ocurra por casualidad. Segundo, para
estimar estas probabilidades, se deben generar bases
de datos adecuadas de proyectiles y vainas, como la
base de datos de investigación de marcas de
herramientas balísticas del Instituto Nacional de
Estándares y Tecnología (NBTRD, por sus siglas en
inglés) de acceso libre y aún en desarrollo (Mejia et
al. 2019), para alcanzar al valor probabilístico de la
incertidumbre.
La ayuda de tecnologías emergentes en la
identificación de armas de fuego y marcas de
herramientas pretenden calmar el desconcierto
generado por los repostes de la NAS y PCAST o el
escepticismo que se ha planteado alrededor de la
disciplina de comparación de patrones. Esto entrega
mayor confianza en los resultados y reduce la
información del sesgo cognitivo como factor de
error humano en los análisis de identificación
mediante respuestas que establecen valores
probabilísticos como lo plantea la Red Europea de
Institutos de Ciencias Forenses (ENFSI, por sus
siglas en inglés) mediante el uso de una escala
bayesiana para emitir conclusiones de fuente de
origen común.
La influencia del sesgo cognitivo y el error
humano
¿Con qué frecuencia se equivoca un
perito? Difícilmente se podría responder este
cuestionamiento propuesto cuando no se halló en
Ecuador evidencia que lo exponga. Sin embargo, el
error humano y la influencia del sesgo cognitivo en
la toma de decisiones del examinador han sido
abordados en multiplicidad de investigaciones
desarrolladas en otras regiones. Se ha expuesto los
fallos detectados en los laboratorios, en la
fundamentación que soporta la confiabilidad de los
resultados, en la evaluación de la evidencia
inadecuada (Roux et al. 2012) y en las opiniones de
afirmación del examinador que han
sobredimencionado en su testimonio el valor de la
prueba exponiendo que sus conclusiones tienen una
certeza del 100 % (absoluta) y que tienen una tasa
de error de 0 % o insignificante (Vásquez 2022).
La validez de los resultados o la
confiabilidad, como lo refieren Mattijssen et al.
(2020) se mide estableciendo la tasa de error, la cual
se determina calculando la capacidad de
identificación (sensibilidad) y exclusión o
eliminación de fuente (especificidad) que posee el
examinador. Los valores de la tasa de
identificaciones erradas (falso positivo) y
eliminaciones negativas (falsos negativos)
establecen la precisión del examinador. Si bien no
se halla determinada la taza de error de la disciplina,
estudios empíricos la ubican entre el intervalo
porcentual del 0% al 2 % cuando las evaluaciones
se realizan en examinadores capacitados. En
general, conocer la capacidad identificativa del
examinador, potencia la validez aplicada del
método y amplía la confianza en los resultados que
emite el examinador, la cual se puede medir y
conocer a través de evaluaciones de aptitud que
pueden ser ejecutadas por los Laboratorios de
Criminalística.
Múltiples factores pueden crear riesgos
para la validez y confiabilidad de los resultados que
obtenga el investigador, el error es uno de ellos.
Entre las principales fuentes de error se halla el
sesgo cognitivo (Mohajan 2017), muy vinculado
con la subjetividad y definida como la inclinación
inconsciente de la perspectiva o temperamento del
experto hacia un juicio personal o inexacto. Esto
puede influenciar o condicionar las interpretaciones
del examinador a un determinado juicio de valor
que desencadene en una serie de errores dentro de
la identificación (Nichols 2018).
Dror (2020) afirma que el primer paso para
lidiar con los sesgos cognitivos es reconocer y
entender el impacto potencial que puede tener el
análisis en un examinador competente. Para ello
debe comprenderse sus fuentes ya que hay creencias
incorrectas en los examinadores sobre la
experiencia, conocimiento y competencia de la